VOLVIENDO AL PASADO: 10 DE JULIO DEL 2014

 

Haberme ido del país fue la mejor decisión que pude tomar, necesitaba salir, respirar, dejar el pasado atrás, visitar diferentes lugares, probar todo tipo de comidas y conocer muchas personas.

Pero cuando ya todo está claro, cuando creía que mis sonrisas estúpidas tienen un nuevo nombre, aparece su maldito recuerdo, ese maldito recuerdo que me persigue sin importar a donde vaya y con quien vaya. Son las 4:00 pm, estoy sentada enfrente de la ventana donde solía pararme a esperar que tocara la puerta, veo como el viento hace mover las hojas de los árboles y siento como tal brisa mueve las hebras de cabello que tengo en la cara, justo en ese instante se comienza a reproducir aquella lista de canciones que construí con cada una que me iba dedicando, mi pecho se acelera y comienzo a sentir la necesidad de hablarle, pero no puedo, él ya tiene a alguien más, alguien que lo hace feliz… Pero juro que si la vida me da la oportunidad de hacer el amor una vez más con él, lo dejó todo  sin importar que pase. Y es que cuando digo “hacer el amor” no me refiero a tener solo sexo, me refiero a tomar su mano, a tener esas  conversaciones existenciales que  nos consumían por horas, al simple hecho de escuchar como solía llamarme, que me tome de la cintura me lleve hacia él y me bese tan tiernamente que me haga olvidar que el resto del mundo existe. Pero solo con la condición de que no me prometa nada, mucho menos que me diga “te amo” porque por más feliz que me haga saber eso, me hará pedazos, porque sé perfectamente que nunca más lo podré volver a tener en mi vida.