-Ya llegué, pero no quiero hablar contigo, me iré a dormir- Le envié un mensaje de texto y tire mi celular bajo la cama.
-Cariño, levántate ya, te necesitan en la sala- mi mamá estaba algo agitada y nerviosa -Aún está temprano ¿le pasó algo a mi papá?- ella solo negó con la cabeza y salió de la habitación.
Al entrar a la sala él estaba tirado sobre el sofá con la camisa abierta, un morado en la cara y una botella en el suelo -¿Qué haces aquí y en ese estado?- estaba tan mal que no sabía ni cuál era su nombre. Lo tomé, lo lleve hasta mi habitación, le cambie la ropa, limpie su cara y me senté frente a la cama para verlo dormir.
Después de varias horas por fín se ha despertado -Lo siento- es lo único que ha salido de su boca, se veía tan frágil y tan indefenso, si simplemente me hubiera quedado en casa, o si tan solo hubiera respondido la primer llamada, él no estaría así.
Me he metido en la cama, le dado un beso en la frente y tenido que asumir la culpa, hacer como si nada hubiera pasado.